miércoles, 30 de mayo de 2012
Poeta grafitero
Caerán, antes o después,
más tarde o más temprano
caerán los muros
de esta esclavitud silenciosa
con que con bota de impuestos y copagos
nos pisa el Déspota gaviotero.
Cayeron los muros de Troya
la música abatió los de Jericó
cayeron los de Sagunto ante Roma
y, los de ésta, gloriosa y triunfante en legiones
cayeron dos veces: en Occidente y en Oriente.
Caerán, más tarde o más temprano,
por el trazo de la poesía,
por el grafito en el muro,
por acción del último poeta
desafecto a cualquier régimen
que pise al Pueblo con bota de impuestos,
creyendo que su hierro es más fuerte
que un verso pintado en el muro.
Soy poeta grafitero, el último ácrata
siempre pendiente de la furtiva linterna, de los
focos de un coche inesperado, de la
ronda nocturna, de la vigilancia
de cámaras, de los vecinos de cualquier asociación,
de los vigilantes, pero salgo a escribir
en el muro del Déspota.
Soy poeta grafitero,
la madrugada recorriendo
junto a las sombras
de un muro levantado de guano
y escribo, efímero verso sobre excreciones
poesía del silencio, de la huida
sabiéndola que abatirá las murallas
como la música las de Jericó.
Caerá, todos los muros de la historia cayeron
y el del Déspota será uno más
de los miles de tapias de las lamentaciones.
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